Las descripciones detalladas y los trabajos monográficos referentes
a los actos mágico-religiosos se han acumulado durante estos últimos años en
cantidad lo bastante elevada
como para que pueda parecer oportuno intentar una clasificación
de tales actos, es decir de los ritos, en conformidad con los progresos de la
ciencia. Varias categorías de ritos son ya bien conocidas, y un elevado número
de otros ritos podían asimismo ser ordenados en una categoría especial. Se
hallan, como se verá, en numerosas ceremonias. Pero no parece que se haya captado
hasta ahora su vínculo íntimo ni su razón de ser,ni que se haya comprendido el
motivo de sus semejanzas. Y sobre todo, no se había mostrado por qué se
ejecutan siguiendo un determinado orden.
En su desarrollo social un individuo debe llevar a cabo
numerosas transiciones—entre la juventud y la edad adulta, entre la soltería y
el matrimonio, entre no pertenecer y pertenecer a un grupo, entre viajar y
retornar. En las sociedades no industrializadas, tales transiciones son un
constituyente esencial de la vida social, pues representan un peligro
potencial, y no se llevan a cabo de forma individual, sino que se celebran de
forma ritual y comunitaria. Uno de los ritos de paso más característicos es la iniciación.
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