19 de septiembre de 2012

Julio César Jobet- Ensayo crítico del desarrollo económico-social de Chile




Este libro tiene un marcado carácter polémico. Se acentúan en sus páginas y se difunden en ellas las doctrinas socialistas. En la tesis que sustenta, hay un contenido de raíz marxista inteligentemente aprovechado. Las expresiones peculiares del lenguaje político de un partido afloran con frecuencia. Una crítica acerba del régimen político, social y económico del liberalismo que ha gobernado la república anima el pensamiento del autor. Es manifiesta la tendencia a hacer la historia del pueblo en su áspera lucha por el mejoramiento de su destino.
Se enjuicia la conducta de los grupos sociales formados en el Poder que controlaron la agricultura, la industria y el comercio, como una plutocracia, en la dirección superior del país. De aquí deriva la violencia, a veces, de la palabra en un estilo escueto y sin adornos literarios ni estéticos.
La obra de Jobet tiene, además del valor histórico y sociológico que reconozco sin trepidación alguna, otro muy interesante para el estudio de las ideas de su generación.
Julio César Jobet perteneció a la generación de 1930. Un fuerte sentido de responsabilidad social, que se empapaba en el ferviente deseo de provocar un cambio de régimen en Chile, agitaba las conciencias de esa juventud. Apareció en la acción pública en contra de la dictadura de un vulgar soldado, encaramado en el poder, llamado Carlos Ibáñez, cuyo gobierno merecía ya entonces, por sus actos de tiranía, un sentimiento de repudio. Los grupos más esforzados y dinámicos de la juventud de 1930 fueron formados por los estudiantes universitarios. En ellos se alistó Jobet. Esos jóvenes debieron improvisarse para la lucha con rapidez en círculos que conspiraban y que, al mismo tiempo, nutrían sus inteligencias con las ideas marxistas que entonces se esparcían por todo el mundo, como consecuencia del triunfo de la Revolución Rusa. Según ellos, el sistema democrático-capitalista había hecho crisis o atravesaba por una honda disgregación; era visible el advenimiento de la era de los obreros, cuyo vigoroso movimiento se observaba en los grandes países democráticos.
La evolución histórica de Chile, proclamada por los historiadores conservadores y liberales, como grandiosa en lo político y ejemplar desde el ángulo de la organización jurídica, es una ficción. Magníficas leyes establecen grandes conquistas sociales, mientras en la vida diaria las más tremendas injusticias, miserias y expoliaciones agobian al pueblo. Para descubrir las causas de esta contradicción en la estructura del país, Jobet se remonta al análisis de todo el proceso histórico, guiado por el método del materialismo histórico, preocupándose de una manera sustancial por desentrañar los cambios económicos y las transformaciones sociales que experimentó el país, mucho antes que las luchas políticas de simple superficie, reflejos de aquellos cambios estructurales.
Llega a comprobar que Chile carece de una estructura económica y social homogénea, entrelazándose en ella formas de producción capitalista, lo que le asigna un carácter de país semifeudal y semicapitalista.






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