26 de agosto de 2010

Pierre Clastres - La Sociedad Contra el Estado



Como Albert Camus, el antropólogo Pierre Clastres integra el panteón de los intelectuales franceses muertos, inoportunamente, en un accidente de tránsito. Antes de morir, en el año de 1977, a los 43 años, Clastres dejó una serie de ensayos antropológicos cargados de reflexiones iconoclastas, pero aliviadas del peso de la morbidez del academicismo erudito.

Sus trabajos funden las reflexiones filosóficas, el dato etnográfico, obtenido en las selvas tropicales de nuestra América, la crítica a las trampas ideológicas de la etnología y la reivindicación de la sabiduría política de las sociedades tribales como antídoto al Leviatán del Estado.

La sociedad contra el Estado, conjunto de ensayos publicados originalmente en 1974, sigue representando una vía de acceso privilegiada al núcleo de sus reflexiones sobre el fenómeno del poder y las dimensiones políticas de las sociedades “salvajes”.

Clastres hunde sus planteamientos en su propio trabajo de campo, que lo llevó a residir en Venezuela, Brasil y Paraguay. De esas experiencias derivó una crítica certera al etnocentrismo de la tradición antropológica, que ha reproducido, bajo cuerda, el histórico desprecio de Occidente hacia los mundos “primitivos”.

El autor desmonta los prejuicios de sus pares. Toma distancia de los mitos y del sentido común de la antropología. Pone en evidencia cómo, en vez de estudiar la diferencia cultural en sus propios términos, sin proyectar los valores propios, buena parte de los antropólogos permanecen cautivos de los hábitos mentales de Occidente. Bajo el manto de “conocimiento objetivo” todavía se trafican juicios de valor que dificultan la comprensión de las “otras culturas”.

Clastres fue un anarquista, un intelectual enchufado a las fuentes de energía ligadas a Mayo del 68, y toda su antropología política ostenta el sello de esa doctrina y de esa experiencia de vida.

¿Cuál era la línea divisoria fundamental en el ámbito de la política? La frontera que separa a las sociedades sin Estado de de las sociedades con Estado, una frontera sinuosa, meditativa, cuyo trazado siguió a lo largo de una heterogénea geografía cultural, que hizo extenderse desde las diferencias de los roles sexuales y la relación del cazador con sui presa, hasta la fuerza sagrada del lenguaje y la figura paradójica del líder político sin autoridad jerárquica ni facultad coercitiva. Tribus sedentarias y otra nómades pueblan las páginas de este ensayo en fuga hacia el espacio intelectual de la buena literatura de ideas.

Define a las sociedades primitivas como aquellas que rechazan la aparición de un órgano de poder separado del seno de la sociedad, sociedades «sin Estado. Sin fe, sin ley, ni rey».

Clastres se propuso demostrar la falsedad de la idea de que todas las sociedades necesariamente evolucionen desde un sistema «tribal», «comunista» e «igualitario»" a sistemas jerárquicos y finalmente a sistemas estatales. Fue critico con el marxismo y la antropología económica en general argumentando que en las sociedades primitivas existe un predominio de la esfera política por encima de la económica.

Probablemente su aporte teórico mas importante fue la acuñación de la categoría analítica de «deuda». Para Clastres las sociedades primitivas imponen una deuda permanente al líder o jefe tribal, de manera tal que le es imposible transformar su prestigio en poder separado de la sociedad. Al surgir el Estado se produce una inversión de la deuda mediante la cual las sociedades estatales afirman que el pueblo se halla permanentemente en deuda con sus soberanos.

Según sus investigaciones, las sociedades no jerárquicas poseen mecanismos culturales que impiden activamente la aparición de figuras de poder, sea aislando a los posibles candidatos a jefe, sea descartando completamente el mando y creando en cambio jefes con poder de aconsejar, con autoridad limitada a actividades rituales o a hablar en nombre de una ley ancestral inalterable. No se produce en tal caso ninguna «evolución» hacia el Estado, sino la reproducción de las formas igualitarias y un movimiento centrífugo de la sociedad contra la jerarquización y la centralización, una guerra contra la estatización.

Parafraseando a Karl Marx y burlándose de la aplicación universal de las «leyes de la historia» Clastres escribió: "La historia de los pueblos que tienen una Historia es la historia de la lucha de clases. La historia de los pueblos sin Historia es, diremos con la misma verdad, la historia de su lucha contra el Estado".


No hay comentarios: