29 de junio de 2010

Ha fallecido el historiador y revolucionario Luis Vitale

Hacemos llegar nuestro sentido homenaje a Luis Vitale Cometa, que falleció el 27 de Junio del 2010, con quien la izquierda y el movimiento revolucionario chileno acaban de perder un gran valor y un intelectual único por su inquietud y ansias de abarcarlo todo. Quienes lo pudimos conocer lo recordaremos siempre por su calidad humana, su alegría, su compromiso contra viento y marea con la causa de los oprimidos y su habilidad para despertar en nosotros el entusiasmo por el conocimiento crítico.

Luis Vitale prestó su servicio a la causa de los trabajadores desde cualquier espacio que se le abría -como tal, fue uno de aquellos casos extremadamente raros de quienes combinan su labor de académico con el compromiso revolucionario en la militancia junto a los trabajadores y pobladores. En la academia estimuló a muchos a profundizar el conocimiento de la historia de la resistencia y de los movimientos populares. En las calles, incitaba a una actitud de rebelión permanente en contra de todas las cadenas que nos envuelven en la sociedad capitalista, sea la opresión patriarcal, sea la explotación, sea la opresión nacional, sea cual sea.


Hombre excéntrico y apasionado, escribió con la misma dedicación su libro sobre la Salsa, el Tango y la rebelión en la música, que la interpretación marxista de la historia de Chile, un texto de referencia, obligado para cualquier persona que quiera investigar la realidad social del país y con el cual se ganó un lugar destacadísimo entre los historiadores chilenos.
Su trayectoria política hace honor a su segundo apellido “Cometa”. Desde su más temprana infancia se acusó su condición de rebelde innato: siempre me comentaba, entre risas, que siendo aún un niño, al llegar noticias del triunfo de Franco en la Guerra Civil Española, su padre casi se ponía a llorar por el triunfo de los “rebeldes”, lo cual le causaba perplejidad, pues ¿no era acaso una cosa buena que ganaran alguna vez los “rebeldes"? Claro, con el tiempo entendió que los “rebeldes” en este caso eran los fascistas. Pero esta anécdota, según él mismo comentaba, le generó una curiosidad innata por entender más del mundo político. Luego, estando aún en Argentina, se vinculó siendo estudiante con algunos círculos anarquistas ligados a la FORA, y luego se pasó al trotsquismo donde militaría por varias décadas en diversos partidos y movimientos junto al destacado dirigente obrero Humberto Valenzuela (POR, PSR, etc.), teniendo siempre afinidad con la corriente liderada por Mandel. También participó en la fundación del Movimiento Fuerza Revolucionaria (MFR) junto a Ernesto Miranda a comienzos de los ‘60, y luego participó en la fundación del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) a mediados de esa misma década. Junto a Clotario Blest participó también en la CUT a fines de los '50. Siempre se caracterizó por su espíritu libre de dogmatismo y sectarismo y su capacidad de trabajar con la diversidad propia de los sectores que se reclaman de intención revolucionaria. Su compromiso político lo llevó al Campo de Concentración de Chacabuco durante el Golpe Militar en 1973 y posteriormente al exilio.

De regreso se entregó con la misma energía y devoción de toda la vida a la agitación, la organización, la academia y la lucha, en el contexto de reflujo y desmovilización de los ’90. Lo recuerdo especialmente activo en la coordinadora por el voto nulo a fines de esa década negra.

Solamente el tiempo nos revelará la verdadera dimensión de la pérdida que hemos sufrido hoy y que nos hiere profundamente al haber perdido a este querido hermano y compañero. Pero el hombre ha quedado plasmado en su obra. El hombre era, es, su obra, en la cual rugía la indignación ante la injusticia, junto a la risa meliflua que brotaba de su espíritu, pues era con una buena dosis de humor como enfrentaba siempre la adversidad. En su obra quedan reflejados su temperamente crítico y estudioso, junto a su pasión revolucionaria; su fijación por detalles anecdóticos junto a su deseo de abarcar todas las áreas del conocimiento humano. Su obra seguirá siendo guía para los revolucionarios y la juventud crítica por un largo tiempo.

Sencillamente me resta decir que su pérdida es irremplazable para el movimiento popular chileno. Con él perdemos a un singular historiador que no le bastó con escribir la historia y observarla a una prudente distancia, sino que sintió la urgencia por sobre todas las cosas de ser parte de ella, de hacer historia, de cambiar su curso. Salud compañero, que descanses en tu sueño astral.

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